Si tienes muchos
retazos o restos de tela, esta es una forma de utilizarlos: hacer con ellos una
canasta o cesta de tela para guardar lo que más te guste o usarla, simplemente,
como adorno. Estas canastas se confeccionan con tiras de tela, cortas o largas,
que se cosen a mano o a máquina.
La técnica para
hacer esta canasta es la misma que se utiliza en la confección de alfombras, tapetes
y salvamanteles. La única diferencia estriba en que las cestas se construyen en
forma de espiral después de haber elaborado la base.
Materiales necesarios:
La base de esta
cestita es un cordón forrado de tejido. El género elegido debe cortarse en tiras
al bies; ha de tener un grosor medio, es decir, no ser demasiado pesado ni demasiado ligero.
Elige un mismo tejido
para toda la cesta o mezcla géneros estampados y lisos en colores que entonen.
También necesitarás:
Un
cordón grueso, como la
cuerda que se emplea para hacer cestos o el cordón que se utiliza para los ribetes
resistentes. Se encierra en las tiras de tejido para dar forma y estructura a la
cesta.
Una
aguja de tapicería: para
coser la cesta a mano. Debe tener el ojo lo suficientemente grande para que pueda
pasar a través de él una tira de tejido.
Una
máquina que cosa en zig- zag: para
hacer una cesta menos consistente con un cordón y un género más ligeros.
1 -Sin cortar la tira
de cordón, corta con las tijeras el extremo al bies para formar una punta. Enhebra
en la aguja una tira de tejido. Con el extremo libre de ésta, enrolla apretadamente
el cordón a lo largo de unos 12,5 cm a partir del extremo y trabajando hacia él.
Cuando te encuentres en el extremo al
bies del cordón, dobla éste hacia atrás formando una anilla y enrolla la tira de
tejido sobre ambos gruesos de cordón para hacer la primera vuelta en espiral.
3- Para unir
tiras de tejido, superpone la nueva tira sobre la anterior. Para empalmar tiras
de cordón, corta al bies los extremos nuevo y antiguo a lo largo de 10 cm y únelos
firmemente con cinta adhesiva.
4- Cuando la base
tenga el diámetro requerido, empieza a construir los lados apoyando el cordón en
la espiral precedente. Para añadir las asas, asegura el cordón tres o cuatro veces con tejido y dóblalo en forma de asa.
Asegura ésta firmemente por el otro lado. Haz una segunda asa en el lado opuesto.
5- Para rematar, corta
el cordón en forma de ángulo, envuelve el extremo con tejido y asegúralo firmemente
a los lados de la cesta. Dobla hacia abajo el extremo del tejido y, con unas
tijeras, aguja e hilo a juego, cose pulcramente por el interior del contorno del
borde de la cesta.
Dibujos, forros y
tapas Puedes hacer una cesta elegante con un solo tipo de
tejido, liso o con dibujo -si tienes la cantidad suficiente-, o usar varios tejidos
con dibujos, cuidadosamente armonizados. En este caso, reúne una serie de géneros
con dibujo y lisos, con estampados de flores grandes y pequeñas, con motivos geométricos,
con rayas y cuadros y córtalos en tiras al bies de la anchura requerida.
También puedes modificar
la forma y la posición de las asas: hacerlas
retorcidas, o bajas y contra los lados. Los cestos con asas y con tapas a juego
resultan especialmente llamativos.
Confección de la
tapa:
Mide la circunferencia
del cesto terminado y haz una plantilla de papel fuerte o de cartulina. Trabaja
una pieza plana en espiral, del tamaño de la plantilla. Remátala y cose un botón
normal o de cabilla como mango. Puedes coordinar
asas y tapas con el color principal de la
cesta, o convertir el forro, si se lo pones, en otro motivo ornamental. Asimismo,
puedes elegir un color o un dibujo que refleje el uso del cesto. Son ideales los
cestos transformados en costurero o en estuche de utensilios y labores de punto,
y se convierten en envases encantadores para regalos. Si la cesta está destinada
a guardar flores o hierbas, forra su interior con plástico.
Limpieza:
Si la cesta se ensucia,
lávala a mano con jabón suave. Aclárala bien y rellénala con bolas de papel para
conservar la forma mientras se seca. Para evitar que se ensucie, pulveriza el
cesto recién terminado con un acabado protector adecuado.
Cesta cosida a
máquina
Las cestas menos
recias pueden coserse a máquina. Utiliza el hilo apropiado para la aguja y un
cordón más fino que se aplaste y pase bajo el pie de la máquina. Al ser el cordón
más fino, las cestas hechas a máquina son más delicadas que las cosidas a mano.
Eso significa que son ideales para guardar artículos de pequeño tamaño, como
los de bisutería. Utiliza hilo y tejido contrastantes o coordinados, y elige un
esquema de color que complete la decoración.
Material
necesario :
ü Cordón de un diámetro que oscile entre 6 mm y 2 cm.
ü Tiras de tejido ligero cortadas al bies, cuyo ancho
sea el doble del diámetro del cordón.
ü Máquina de coser que haga punto de zigzag
ü Tijeras, regla y alfileres
ü Cinta adhesiva.
ü Alfileres largos.
1- Enrolla el tejido
a lo largo de 15 cm de cordón. Forma una espiral, fíjala con un alfiler largo y deslízala bajo el pie de presión. Regula el
punto, que ha de ser un zigzag medianamente ancho. Cose alrededor de esa primera
espiral, que será la que determine la forma de la cesta, y haz una curva de 7,5
cm que establezca la forma.
2 -Continúa curvando
y cosiendo el cordón. Ve enrollando el tejido
a su alrededor. Cuando la base tenga el tamaño requerido, gira la labor y ponla de canto. Oprime la base contra la máquina para formar los lados. Une las
tiras de tejido y los nuevos trozos de cordón
tal como se indicaba para la cesta cosida a mano.
3- Continúa cosiendo
hasta que la cesta tenga la profundidad deseada. Corta el cordón y cose la tira
de tejido que lo envuelve hasta más allá del extremo cortado. Vuelve hacia el revés
y cose esa lengüeta de tejido a la cesta
para rematarla.
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