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martes, julio 27

Logrando lo imposible

Logrando lo imposible por Bernardo Stamateas

Cuatro principios espirituales para lograr un imposible.
Para alcanzar cosas grandes en Dios siempre debemos triturar el espíritu de víctima. La víctima o la auto conmiseración es una droga emocional que anestesia, dando un mensaje de auto pena: “cuiden de mi”.
La víctima siempre buscará estrategias para ponerse en el lugar de necesidad: “mi problema es más grande que el tuyo”. Por ejemplo una hija le informa a su mamá que se va a separar y la madre grita, se descompone, desmaya trasmitiendo: “mi problema es mayor”; y la hija, quien es la que necesitaba ser abrazada, consolada, debe atender a su madre.
La víctima siempre cambia la atmósfera para que le presten atención, comunica debilidad; “hagas lo que hagas no me alcanza” es el mensaje que trasmite, siempre un dolor, un malestar para generar una imagen de dependencia: “te necesito”, “no me dejes”, “lo hice por vos”, “me quedé soltera por vos y así me pagas”, “le di mis mejores años al desgraciado y se fue con una de veinte”.
Lucas Márquez dice que muchas personas tienen la pedagogía del oprimido: alguien que es torturado por un líder, cuando se libere, se transformará en un torturador mayor que el que tuvo.
Por eso Dios lo dejó a Moisés cuarenta años en la montaña, para eliminar de su vida el liderazgo de autoritarismo que aprendió al ser criado bajo la autoridad de un déspota como faraón.
Hay personas a las que les han metido culpa (el espíritu de víctima mete culpa) y cuando forman una pareja, tienen hijos o lideran a otros son más déspotas que sus antecesores.
Para ser libres del espíritu de manipulación, recibirlo de otros y trasmitirlo:1- Voy a caminar en la libertad y el poder de Dios.
Estamos limpios de toda contaminación.
La sangre de Cristo nos limpió del pasado y nadie puede hacernos sentir culpables. Si reconocemos y confesamos nuestros errores, Él es fiel y justo para perdonarnos y su sangre nos limpia para siempre.
2- Todo lo que poseo vino de Dios y me fue dado para disfrutar.
No le robamos las bendiciones a nadie.
Si alguien es prosperado no son mis prosperidades.El problema surge porque en las iglesias se leen libros escritos por norteamericanos, en los que dicen “no te aferres a lo material”, “no al placer”, “el dinero es malo” porque la sociedad de Estados Unidos es consumista de placer.Los latinoamericanos, en cambio, fueron siempre una cultura pobre y al trasmitir los principios de algo que nunca experimentaron, no permitieron disfrutar.
Que nadie te manipule ni meta culpa, ni tenga lástima, porque Dios te bendijo y debes disfrutarlo porque vino de Él. Date permiso porque hay una sola vida y es para disfrutar.
3- Fui creado para ser libre de la gente y de las circunstancias.
No somos responsables de las decisiones de otros.
Nunca veas a las personas como víctimas cuando atraviesan una dificultad o un momento difícil, necesitan compasión (pasión compartida), consolación, pero nunca lástima.No hagas nada para dar lástima, te rebaja y coloca a merced de los manipuladores.
4- Mi felicidad depende de mí.
Es una decisión.
Lo material no nos da felicidad porque no tiene vida, nosotros le damos vida y podemos vivir sin ello y con ello: ser felices con o sin lo material; casados o no; con hijos o sin hijos, con o sin trabajo, porque felicidad no depende de la gente o las circunstancias.
5- Decido mis reacciones.No todo lo que nos pasa lo podemos manejar o controlar, no siempre somos responsables; hay sucesos con los que no tenemos nada que ver y tenemos un poder, dado por Dios, para elegir cómo reaccionar a lo que nos llega. La libertad en Cristo, es decir “me pasa esto o aquello, me hicieron esto o lo otro pero decidí reaccionar positivamente.
El control remoto de mis emociones y reacciones están en mi mano.
La gente podrá hablar, sugerir, influenciar pero yo decido qué me conviene. Estoy en control de mis reacciones por eso nadie puede echar control a mi mundo interior, puedo cantar donde otros lloran, bailar donde hay tristeza, ser libre donde me oprimen.
6- Elijo quien se me acerca y de quien me alejo.Soy libre para elegir con quien deseo estar.
Jesús amó a todos pero no trabajó con todos.
Tenemos que decidir alejarnos de aquellos que son destructores, sicópatas, manipuladores, devastadores de la fe. Aquellos que cuando le decimos algo responden: “Mmm…”, tienen un espíritu de vaca y ¡debemos alejarnos de las vacas! También debemos elegir quienes nos ministren; nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento (“lo que me dijiste me lastimó”), si no lo decidís, nadie puede hacerte sentir menos.
Cuando una persona sabe adonde va y tiene su destino claro aparecerán los enemigos de ese sueño puesto por Dios. No necesitamos agradar a todos porque no somos un billete de cien dólares para que todos nos amen, somos libres de decidir con quien estar y con quien no. No le debemos nada a nadie.
Nuestra fuente es Dios, no es la gente, ni los pastores, el trabajo, el dinero, ni la pareja entonces seremos libres. Cuando pasamos por dolor necesitamos consuelo, un abrazo, pero nunca lástima, ni generar dependencia de otra persona.
El justo se cae pero vuelve a levantarse . Tenemos derecho a equivocarnos, a cambiar de opinión, a crecer, a soñar y esperar lo grande, y nadie debe castrarnos, ni robar nuestros sueños.Cuando pensamos que algo es imposible, debemos preguntarnos si alguien ya lo logró, entonces no es imposible.
Hay dos tipos de imposibles: con antecedentes y sin antecedentes.Imposible con antecedentes es el que alguien logró lo que para mí es imposible, Imposible sin antecedentes es un desafío para mi vida que podré lograr lo que nadie logró.
En mi diccionario la palabra imposible no está, no existe, la corté, porque para Dios no hay nada imposible. Tampoco existe la palabra excusa.
Ana estaba casada con Elcana, un bígamo, que tenía dos esposas: Penina, con la que tenía varios hijos, y Ana con la que no tenía hijos. Tres veces por año acudían al templo a ofrecer sacrificios y Penina se burlaba de Ana por su infertilidad. Ana lloraba y Elcana le decía: ¿No te soy mejor yo que diez hijos? Y para consolarla, le daba más ofrenda para llevar al templo.
Ana tenía un problema afectivo de agresión verbal y, en el templo, comenzó a llorar. En los templos se oraba en voz alta pero como tenía tanta angustia y dolor, no tenía fuerzas las fuerzas para elevar su voz, por eso el sacerdote Elí dijo que estaba ebria.
Ana tenía todo en su contra pero su proceder dejó una enseñanza, porque para el que cree todo es posible.
1º- Debo sellar con la promesa, en el mundo espiritual, lo que no tengo.Todas las cosas ya están creadas en dos mundos: el natural (visible) y el sobrenatural o espiritual (invisible).
Lo que vemos fue hecho de lo que no vemos , dice la Biblia.
El mundo invisible -donde Dios existió- es eterno y ya estaba creado, luego Dios creó todo lo visible; por eso lo que necesitamos ya está creado en lo natural y lo que no está se encuentra en el mundo espiritual.Por ejemplo, si lo imposible es tener una casa, ya está creada en el mundo natural, pero si digo que necesito una sanidad, no está creada aún en lo natural pero sí en lo espiritual.
Dios nos enseñó un principio poderoso: fe.Fe es hablar, sellar lo que existe o lo que no existe con Su palabra, porque está en el mundo espiritual aunque no está visible.
¿Cómo hacemos para que se materialice en el mundo natural? ¿Cómo hago para que lo ya creado (la casa, el coche) venga a mi? Hablando fe .
“ Todas las cosas creadas (en lo natural y espiritual) se mueven por el poder de su palabra”, dice Hebreos.
Dios sustenta (Hebreos 3:1) y atrae las cosas por su palabra, porque todo lo creado, visible o invisible, obedece a Su creador.
Jesús dijo: “ Boga mar adentro y tira la red” La voz ordenó a los peces que se junten y entren en la red. Otro día dijo: “ Pedro quiero que busques un pez y saques la moneda que encontrarás en su boca” . Todo le obedece.Cuando hablamos lo mismo que Él nos tiene que obedecer, porque nos dio el privilegio de hablar con su voz.
La fe es la certeza (garantía) de lo que se espera. Cuando hablamos lo mismo que Dios tenemos el título de propiedad de lo que llamamos, la garantía de lo que esperamos. Si digo: “Ato a mis hijos al reino”, obedecerán a esa voz que es palabra de Dios y por sellarla la recibiremos.
Cuando el diablo te diga que no lo obtendrás decí: “Sí es mío, tengo el título de propiedad en las promesas de Dios y las declaro con mi boca, es una garantía que me pertenece.
Llamo a la sanidad, me declaro sano en el nombre de Jesús.
2º- Tengo que embarazarme.Debemos sacar una foto de lo que esperamos, esté creado o no, y embarazarnos, verlo en el espíritu.“Tendré un hijo, no importa la crítica de Penina, y se lo entregaré a Dios”, fue la declaración de Ana.
Mirate en una película caminando por tu casa, manejando tu coche, sano, delgado, atlético; hacelo visión y será hecho.La diferencia entre foto y visión es que en la visión está Dios y te habla.
Me habló en visión “pasa y ayúdanos”, dijo Pablo; Jeremías vio la visión de la olla, el almendro.
Dios te hablará en la adoración, mirate a su lado, Él te dará las indicaciones y te guiará hasta obtener la visión donde Dios está.
Embarazarse es verlo hecho.
3º Entregarlo al Señor.Ana dejó de llorar y dijo: “Señor, el hijo que me darás te lo entregaré para siempre”, y dejó de llorar porque antes de tenerlo se lo entregó.
Entregale la visión al Señor: “La casa que me darás la usaré para recibir gente y hablarle de vos.”Cuando Ana lo declaró, el hijo empezó a venir en camino; entregó un hijo que no tenía pero ya lo había atado porque lo vio. Lo crió durante tres años y lo llevó al templo, lo entregó al sacerdote para ser un hombre de Dios.Dios tomó a un niño y devolvió a un sacerdote, a un juez que ungiría a David que vencería a Goliat y traería a Jesús.
Todo lo que entregamos a Dios lo devuelve multiplicado y bendecido.
Salomón dijo: si hacés un voto a Dios, cumplilo . Si lo vas a dar hacelo realmente y Dios te lo devolverá multiplicado. Y no solo tuvo a Samuel sino que Dios le dio cinco hijos más. En un momento espiritual difícil,
Samuel fue un hombre que oyó la voz de Dios.
4º Descansar.Ana se levantó y secó sus lágrimas.
Descansar es desconectarse y meterse en otro imposible. Si te quedas sólo en un imposible lograrás eso únicamente, pero si te sumergís en mil imposibles, lograrás los mil.Cuando Ana lo entregó, se olvidó, se desactivó y descansó.
Salmo 23 “ Jehová es mi pastor, nada me faltará, me hará descansar…”
¿Por qué primero me hace descansar? Para que, cuando pase por el valle de muerte, ya esté descansado, pastoreado, y sin nada que me falte.Descansar no es nada para hacer sino es paz, flotar, hacer la plancha; porque cuando descansamos vemos lo que no veíamos.
En el mundo natural, cuando nos bañamos, caminamos, nos animamos, distraemos, nos bajan ideas creativas (el 95 % de las ideas creativas vienen cuando uno no hacemos nada.)Y además está probado que, al estar libre, imaginamos el imposible que pedimos, y nos concentramos en la manera como Dios lo hará.
Ana significa “gracia”, Dios nos dará todos los imposibles.
Primero declaremos lo creado y lo no creado. “Por el poder de la fe llamo a las finanzas, la prosperidad, los clientes, la abundancia, salud a los órganos de mi cuerpo, mis hijos adorando, las multitudes postradas a los pies de Cristo, todo se lo entrego a Dios.”
Ana dejó de llorar. “Señor todo es tuyo: mi liderazgo, mi llamado, la gente, te entrego todo.”
Ana se levantó y se fue en paz. “Padre descanso, hecho está, consumado es. Decreto que todo es posible, todo lo puedo en Cristo que me fortalece y El me sustentará.
Por Bernardo Stamateas

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