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viernes, octubre 28

Rompiendo los límites de los malos momentos POR BERNARDO STAMATEAS

Rompiendo los límites de los malos momentos POR BERNARDO STAMATEAS
Juan 9: 6-11; Lucas 8: 27-39
Malos momentos sin límites.
Los malos momentos son parte de la vida. Jesús no promete que no los tendremos pero, al pasarlos, no debemos dejar que nos siembren sus límites.
Lo peor que nos puede pasar es que una situación difícil nos limite mentalmente, físicamente, etc.
Esta historia esta enmarcada por varios momentos maravillosos que le sucedieron a Jesús.
Dijo a sus discípulos: “Pasemos al otro lado”, subió a la barca y se echó a dormir. Cuando cruzaban el río se levantó una gran tempestad y Jesús seguía durmiendo. Los discípulos remaron para tratar de controlar el barco pero despertaron al Señor diciendo: “Señor, ¿no tenés miedo?” entonces Jesús se levantó y reprendió la tempestad. Cuando llegaron al otro lado, en cuanto pisaron tierra, se acercó a enfrentarlos, un endemoniado.
1- No dejaré que las crisis me pongan límites. Jesús estaba entrenando a sus discípulos, les dijo: “Vamos al otro lado”.
Cada vez que Dios te da una palabra de bendición, Satanás te dará una “contra palabra” para apagar lo dicho por Dios.
Cuando Jesús te dice que llegarás al otro lado, se levantará una tormenta, una crisis, un mal momento, para limitarte, para darte temor diciendo que morirás en la tempestad.
La tormenta no te limitará. Si hay una tormenta es porque Dios sembró una palabra de bendición y si Él te dijo que llegarás al éxito, su palabra se cumplirá.
La tormenta te asustará pero, tranquilo, hay alguien navegando con vos; el mal momento no impedirá que pases al otro lado y no te limitará.Alguien se acercó a Jesús y le dijo: “Te seguiré adonde quiera que vayas.” Jesús lo miró y respondió: “Las aves tienen nidos y guaridas pero yo no tengo donde poner mi cabeza.
Quiso decir que no se establecería en ningún lugar (eso lo hacen los pajarracos), Él iría de un lado para otro.
Las crisis pretenden asentarte en un lugar, no te quedes en las crisis, el Señor siempre se mueve y te llevará de victoria en victoria. Hoy estás en medio de la tormenta pero mañana pisarás tierra firme.  A Jesús no le impresionaban las crisis, por eso durmió.
2- No dejaré que la locura y la maldad de otros  me  limiten. Que no te digan: “Hasta acá llegaste”.  Jesús dijo: “Si me vas a seguir, tranquilo, porque yo no me quedo a vivir en un lugar.” En tierra lo recibió un endemoniado, sus síntomas eran, que:
-Vivía en una cueva, en un sepulcro.  Los psicólogos lo llaman necrófilos, son amantes de lo cadavérico, de la muerte, de todo lo que es destrucción.
-Vivía aislado, era agresivo y se lastimaba.  La gente le ponía cadenas (símbolo de normas, de leyes), pero él las despedazaba. El gadareno representa a lo que hoy vivimos en nuestro país: Chicos que van con armas a la escuela, niños de 13 o 14 años que se levantan en patotas y pelean salvajemente; a la gente que está loca, violenta, con historias tremendas de agresividad porque vivieron aislados.
-Gritaba. Hoy sabemos, a través de la psicología, que las personas que gritan buscan afecto y, como no lo pueden poner en palabras, gritan: “cuanto más grita, más cariño necesita.” El gadareno gritaba día y noche porque necesitaba que lo entendieran y liberaran de la opresión. Cuando llegó Jesús, aun a pesar de los demonios, corrió y se tiró a sus pies y después le dijo: ¿Para qué viniste?”.
Representa la gente que quiere cambiar, quiere ser mejor, pero no puede.
Los demonios le dijeron: “Nos vamos a ir, pero no nos saques de esta región porque es nuestra”.
Esa región se llamaba Decápolis, eran diez ciudades donde estaban asentados los demonios. Los demonios se asientan geográficamente y toman autoridad legal por los pecados de la gente. Según los historiadores, Decápolis era el lugar de mayor brujería en la antigüedad, por eso era común que hubiera tanta gente endemoniada.
Jesús ordenó a los demonios que salieran del muchacho y fueran a los cerdos, que eran dos mil, y se ahogaron.
Jesús permitió esa imagen, para que entendamos lo que querían hacer con el hombre: matarlo.  Por eso los demonios le dijeron: “¿Por qué viniste antes de tiempo?” (refiriéndose al tiempo de su muerte.)
Esto nos deja una enseñanza poderosa: había condena de muerte sobre tu vida, un plan satánico, pero alguien con más autoridad que la oscuridad pisó tu tierra y se presentó con el poder del cielo, esa misma persona te dice: “No te dejes limitar por la locura, no permitas que las cosas malas te ciñan.”
Nunca digas: “Esta persona no va a cambiar”, nuestra función es declararla libre en el nombre de Jesús, porque tenemos su mismo poder y una palabra de fe hará que la gente quede sana y en su juicio cabal.
3- No dejaré que la gente establezca mis límites. Jesús no se dejó impresionar por nada malo, sólo lo bueno y la fe lo impresionaban.
Dejate impresionar sólo por las cosas buenas. Cuando le sacó los cinco mil demonios quedó sentado, en la posición de un discípulo que quiere aprender, crecer y seguir a Jesús, pero Jesús le dijo que debía quedarse en esa ciudad porque Dios lo había dejado para que la cambiara.
Cuando el pueblo lo vio sentado, vestido y coherente se asustó (no se asustaron antes mientras estaba desnudo, loco y tirado) y  rechazaron a Jesús.
No dejes que te pongan límites Un día alguien le dijo: “Señor, quiero seguirte pero primero debo enterrar a mi padre.” O sea, “vivo con papá y cuando se muera te seguiré.  Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a los muertos”
Señor, quiero seguirte, pero mientras papá viva es la voz que me manda, que me dice que hacer, y cuando se me muera, te seguiré.
Al responderle Jesús quiso decir: Tu padre tiene que morir en tu corazón ahora, no debe ser tu límite sino marcar tu sueño. (Esto es para todos aquellos que no hacen nada sin que sus padres lo autoricen, deben morir emocionalmente hablando.)
La voz de otro no tiene que ser límite en tu mente. Otro dijo: “Señor deja que me despida de mi familia”, o sea: “Voy a pedir su aprobación.”
Y Jesús le dijo: “Si haces lo que está en tu corazón, no necesitarás dar explicaciones ni justificarlo.”
Si Dios te dio un sueño y Jesús dijo:”Caminarás conmigo”, no mires atrás, porque el sueño está adelante.
Tu familia no tiene que establecer tu límite, no necesitas pedir permiso.
No dejaré que la gente diga hasta dónde puedo ir. El sueño determina la fuerza de mi corazón. 
4- No dejaré que mis enemigos fijen mis límites. La gente que te rechaza no debe impresionarte ni limitarte. La Biblia dice: “Habitarás sin muros, sin límites.”
El Dios todopoderoso está dentro tuyo y todo lo que creas Dios te lo dará, todo lo que pises será tuyo, lo que confieses creyendo lo lograrás.Jesús dijo: “Sé prudente como la serpiente”. No podemos ser una estúpida oveja toda la vida, debemos ser también, como la serpiente.  Jesús no dijo ser “astuto” como la serpiente sino “prudente”; ella detecta a sus enemigos.

Un día le dijeron a Jesús: “Señor te busca Herodes, escapate.” Y respondió: “Díganle a esa zorra que me quedaré acá porque el primer y segundo día sano pero al tercero termino la obra.” “La zorra”, representa a los enemigos. Jesús dijo que Herodes era una zorra porque Él era el León.
Cuando sepas bien quién sos, reconocerás a tus enemigos El león determina los límites, no los pone. Cada vez que te critiquen, debes saber leer la crítica a nivel espiritual, porque te están poniendo un límite. Cuando alguien te juzga, prejuzga o maldice, te está poniendo límite.  Jesús dijo además: “En el primero y segundo día sano, pero en el tercero termino la obra.” Mil años son como un día, un día como mil años. En el tercer milenio termino la obra, es nuestro tiempo, estamos en el tercer día profético, somos la generación donde Jesús terminará la obra.
5- No dejaré que mi mente ponga límites. ¡No te limites vos mismo!
Jesús le preguntó al gadareno: ¿Cómo te llamas? Porque quería saber quién respondería, y fueron los demonios Los demonios simbolizan: los miedos, las inseguridades, las limitaciones, las máscaras, el orgullo, las superioridades, las compulsiones, la baja estima, el rechazo, las incapacidades, las adicciones y depresiones.  No respondió la persona porque su “yo auténtico” estaba reprimido por los demonios, por las presiones mentales.
El demonio representa las máscaras que tapan al “verdadero yo”. Todos los miedos, rechazos e inseguridades son el “Yo falso”; el “Yo verdadero” es el espíritu y lo que Dios ha dicho de él.
Jesús contó una parábola: “Si uno compra un terreno y lo excava y encuentra una perla (esa perla es el “yo verdadero”), la tierra (el “yo falso”) tapa lo que verdaderamente es.
No sos lo que te dijeron sino lo que Dios dijo que sos. El “Yo verdadero” es lo más profundo del ser, lo más íntimo, el espíritu; no es el alma, que se ha llenado de falsos “yo”, de miedos e inseguridades.
Cuando hablamos con un adicto o una rechazada no hablamos con su espíritu sino con su “falso yo” que es demoníaco.
Jesús le preguntó: ¿Quien eres?” Y respondió: “Legión”, porque el “yo verdadero” estaba reprimido. Entonces Jesús le gritó: “Sal
Hay que echar a todos esos “yo falsos”, no tener misericordia al rechazo, a la inseguridad, a la droga, no hablar con ellos.Cuando Jesús leyó Isaías en la sinagoga, un endemoniado empezó a gritar (porque cada vez que una palabra destapa tu “yo verdadero”, el “yo falso” grita) por eso los fariseos se enojaban cuando escuchaban la Palabra, era el “yo falso” que reaccionaba.
Mucha gente cuando hablamos palabras verdaderas se enoja; todo lo falso tiene que salir, ser muerto con Dios para que el espíritu verdadero se manifieste: Sos todopoderoso en Cristo que te fortalece. No te preocupes por el que se  enoja y se va, es su “yo falso” que no quiere salir. Cuando los demonios liberaron al hombre, dijo: “Sin límites”
No te quedes en tu dolor, no permitas que el clima de alrededor, te limite. Pasarás por el valle de la sombra y de la muerte pero no te quedarás a vivir allí, será un momento transitorio, porque el bien y la misericordia te seguirán todos los días de tu vida.
Mirá hacia adelante siempre. El siguiente relato habla de un ciego de nacimiento.
Todo problema físico tiene un problema emocional. Sabemos que éste nació sin visión porque no quería ver la realidad que lo atormentaba, que sus padres nunca lo quisieron. Cuando una persona se asusta cierra los ojos instintivamente, es una reacción que quiere demostrar que “no existe.” El relato dice que, al ser sanado, los fariseos citaron a sus padres y le preguntaron cómo era que su hijo veía, a lo que ellos respondieron: No sabemos, pregúntenle a él, edad tiene. O sea, en lugar de estar contentos y festejar que su hijo veía, estaban preocupados porque no los echaran de la sinagoga.  “Era limosnero”. ¿Qué padre dejaría que su hijo pida limosna? Un padre que no ama. Jesús tomó tierra (que representaba lo sucio, lo malo, la humanidad), la escupió y lo puso en los ojos. El muchacho no quería ver lo humano, lo caído, y al untarlo con tierra Jesús mandó un mensaje: “Esto que está sucio, que nunca quisiste ver, es lo malo que hay en vos.” La persona que critica esta cerrado, ciego, se mete en la vida de otro para que nadie se meta en la propia, ni quiere mirar para sí. Cuando juzgo me distraigo de mí mismo, no miro para adentro porque veré tierra.
Jesús escupió la tierra e hizo barro.
La saliva es intimidad. Jesús lo curó como una mamá, no le dijo: “No te quieren, no servís para nada” sino le demostró amor y sanó. No dijo: Abrí los ojos y mirame sino lo mandó a lavarse y cuando lo hizo observó su “yo verdadero”, se vio así mismo y se conoció tal como era. 
“Yo verdadero” es lo del espíritu y Dios me dará todo lo que pise hasta donde me atreva a ver. “Soy barro pero lo que está adentro mío es  oro.” Lo humano es barro y hay cosas por salir aún.  En la antigüedad había varias vasijas:
1º- “Vaso de honra”.  Se llenaba de agua y colocaba a la entrada del templo, para que todo el que lo deseara bebiera de allí, al finalizar la reunión se volcaba para lavar el lugar.
Dios te usará, te llenará de su agua para que bendigas a otros.
Un líder es un “vaso de honra” cuando ora por un cristiano, todo lo que pasa en el ámbito de la iglesia es “vaso de honra”: los que nos cuidan, los que limpian, el que invita a alguien.
2º- “Vaso de misericordia”.  Se ubicaba en el camino y representa a los cristianos que están expuestos, que  muestran quienes son, que dan de beber en el lugar que se mueven y se exponen a que le roben o  rompan.  Dios te pondrá en los caminos para que la gente que necesite agua no tenga que ir a un lugar determinado sino estés vos y le digas: “Te estaba esperando”. 
3º- “Vaso escogido”.  Es un vaso que al alfarero le salió bien bueno y como lo veía lindo pensaba: “No lo venderé, es especial, lo voy a  guardar” y le ponía su nombre adentro, con la firma  mostraba su obra. 
Si llegaba un comprador determinado que buscaba algo especial, para una ocasión especial o para regalar, y de todo lo que le ofrecía, nada le gustaba, entonces el alfarero ofrecía el que tenía guardado: “Éste tiene mi nombre, es especial.”
Y el comprador aceptaba: “Éste es”.
Dios te usará para tareas especiales y verán el nombre del autor: Jesús. Estuviste guardado, oculto, escondido por muchos años, ¡preparate!, Dios te usará con poder para cosas especiales, de asombro, para lo que nunca pensaste.  Cuando lo impensado viene a tu vida es porque sos un vaso escogido del Señor.
Pablo dijo: “Yo soy una vasija escogida” y se dio cuenta que había estado escondido.
(Presencia de Dios era una vasija escondida en el corazón del Padre y diez años atrás Dios dijo: “Que Presencia de Dios salga a la luz.”)
4º- “Vaso limpio”.  Después que el vaso de honra, de misericordia se gastaba, se lo llamaba “vaso limpio”, allí se guardaban todos los diezmos, las ofrendas, la cosecha, los granos que llevaban al templo.  Estas eran las vasijas más gastadas y cada tanto las llevaban al alfarero para que las limara, lijara y, a veces las rompía para hacerlas de nuevo, y estaban para cargar abundancia.
Dios te va a usar y pondrá abundancia, cosecha, dentro tuyo. Te usará para bendecir al pueblo de Dios, para dar de beber a los extraños que pasen cerca de ti; te usará como vasija escondida para tareas especiales pero también te llenará de abundancia por cuanto fuiste usado por El. Las vasijas en sí no valían nada lo importante era que tuvieran agua. Oraremos por la llenura del Espíritu Santo, para que el agua del espíritu vuelva a llenarnos y Dios nos ponga donde podamos dar de beber.
Hay gente que cargó tanta agua que llevará abundancia material, prosperidad sin límites, porque se gastaron en su servicio para Dios.
A Jesús nadie lo pudo limitar, siempre estaba lleno del agua del Espíritu Santo. “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba porque de su interior correrán ríos de agua de vida”, dijo Jesús.
Oraremos para que la fábrica de agua que tenemos adentro comience a fluir, que seamos llenos del Espíritu Santo para pasar las crisis, los límites familiares, de la gente, de la locura que nos asusta, de lo ilimitado y que el agua del cielo caiga para que seamos llenos de Jesús.
Pastor Bernardo Stamateas 

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