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sábado, noviembre 12

DOS DÍAS ESTOY BIEN, DOS DÍAS ESTOY MAL POR ALEJANDRA STAMATEAS



¿Cuántas jugaron alguna vez al juego de las estatuas? Así es la vida de algunas mujeres, pasan dos días gloriosos, hay baile permanente, alegría, estás con todas las pilas puestas, tenés ganas de hacer cosas y dos días después, se detuvo la música en tu vida, y quedaste dura, con depresión, y con angustia.
Llorás y llorás. Sin embargo muchas veces no podés explicar por qué te pasa eso.
Quizá decidiste sentirte bien, pero sólo fueron dos días, como si los hubieras vivido en un paréntesis.
Dijiste:
- no me va a molestar nada.
-no me va a preocupar nada.
-yo voy a disfrutar de estos días.
-no voy a tener ningún pensamiento negativo.
-no voy a pelearme con nadie.
-lo que me molestaba, ahora no me molesta, ahora me resbala.
-me levanté bien, me levanté contenta, y es como si hicieras un paréntesis, y dejás suspendido ese tiempo para disfrutar.
Pero… cuando pasan los días del paréntesis, volvés a caer en tu realidad de dolor, y esas emociones parecen que se juntan todas, esas emociones negativas que no las sentiste por dos días, se juntan todas en esos días de dolor y angustia, entonces volvés a pisar el dolor.
Todo lo que dejaste en suspenso, parece que se acumula y te vienen los dos días más grises de tu vida, llanto, angustia, depresión, y empezás así a sacar conclusiones.
¿Qué nos pasó en esos dos días buenos?
Lo que hicimos fue cambiar el foco, en vez de estar enfocadas en lo negativo, nos enfocamos en todo lo bueno. Decí ¡ lo puedo hacer, eso es bueno!, lo que hiciste fue no enfocarte en lo negativo, miraste todo lo bueno.
Hoy, por ejemplo, yo salí tempranito de casa y al salir encontré tirado en el piso dos pesos, y dije: Señor ya salgo bendecida, prosperada, pero en un momento determinado pensé: Señor estos dos pesos deben ser de alguien de mi casa que salió y se le cayó, y al instante inmediato dije: Señor por lo menos queda en casa, te lo agradezco igual porque aunque son dos pesos, la plata no se perdió y quedó dentro de casa.
Es decir, vos podés levantarte y ver todo positivo, o levantarte y ver todo negativo.
Declará: “Yo puedo ver todo bien”.
Vos tenés la capacidad para ver todo bien. Sin embargo, muchas mujeres un día están bien, pero al otro vuelven a bloquear su mente con todo lo negativo. Un día vaciás tu mente de todo lo que te hace mal, pero al otro día, lo volvés a agarrar.
Y ahí está el gran conflicto: una cosa es que nosotras aprendamos y tomemos el hábito de hablar bien, y de pensar bien y eso nos dure para siempre, pero otra es que si la felicidad nos dura sólo dos días, no hemos sacado de raíz todo lo negativo, sólo lo hemos bloqueado, fue como un escape.
Cuántas dijeron: ¡me gustaría irme diez días y escaparme de todo!, y no a cualquier lado, sino ir a una isla desierta, con un negro que me apantalle; pero por qué no te vas acá a dos cuadras.
Entonces ¿qué hacemos?, nos escapamos.
Lo que realmente nosotras queremos es vivir en un estado de permanente bienestar. ¿Cuantas quieren eso? Y ¿Sabés? Dios lo quiere también.
Dios no quiere que fluctúes con las emociones, él te ama tanto que quiere verte bien, en un estado permanente de bienestar, quiere que te levantes todos los días con fuerzas y con ganas para tener cosas nuevas para conquistar, metas nuevas para hacer cosas gloriosas, y para eso tenés que auto motivarte.
A través de esa visión, Dios me dijo que la vida se representa como un tanque de agua, y a medida que vivimos vamos llenando con un montón de cosas ese tanque que tiene agua limpia.
Cuando no podemos resolver algunas cosas, empezamos a tener ciertas adicciones, y comemos lo que nos hace mal, lo que no nos alimenta, lo que nos hace daño, comemos por comer, comemos por emociones negativas, empezamos a tener adicciones como cigarrillos, drogas, alcohol, porque tratás de resolver esas emociones negativas llenando tu vida de cosas que creés, que te van a solucionar los problemas; empezás a tener dolores, experiencias tristes, y vas llenando toda tu vida con esas experiencias amargas , con esas frustraciones, con esos dolores, con esas tristezas, y así es como el agua que estaba limpia se llenó de un montón de cosas negativas.
Tu vida, que tenía agua pura, empezó a llenarse de cosas oscuras, y así está tu vida; dijo el Señor: La vida de mis hijos a veces se llena de cosas oscuras.
Ustedes tienen que empezar a vaciarse de ello, porque ustedes creen que con un poquito de agua pura que echen, todo va a cambiar, entonces hacen cosas momentáneas que parecen buenas para cambiar, dos días hacen dietas, cinco días hacen un curso para dejar de fumar, otros días vienen a la iglesia y se activan en el servicio del Señor, y son unos pocos chorritos de agua, y aunque tienen un litro de agua, la vida sigue estando igual.
Porque esto no puede blanquear todo el tanque de agua, solamente se sigue contaminando, porque esto sigue estando demasiado contaminado.
Entonces, dice el Señor: Lo que tienen que hacer ustedes es vaciar este tanque; pero simultáneamente, mientras vos te vas vaciando y vas dejando el tanque vacío, te vas dando cuenta que ese tanque va teniendo rajaduras, porque al tanque le va dar el sol y va a empezar a rajarse, y ese momento es el momento del desierto, es el momento más doloroso, donde vos querés dejar todo esto pero a la vez te aferraste tanto a todo esto que te duele dejarlo.
Por eso te cuesta y te duele dejar el alcohol, te cuesta dejar drogas, te cuesta dejar el cigarrillo, te cuesta dejar comidas, te cuesta dejar parejas que te lastiman, que te hacen mal, que te dañan, te cuesta dejar la desobediencia, no querés ser obediente, entonces no querés vaciarte porque cuando te vacíes, van a empezar a aparecer las grietas en tu vida y esa grietas te van a dejar ver esas zonas que Dios tiene que sanar.
Y Dios dice: Ustedes me tienen que dejar a mí, el tanque vacío, porque yo voy a empezar a cerrar esas grietas.
Dice que Dios le mostró un corazón, y le dijo: “y mientras tanto, el corazón está lleno de cosas negativas, de tristeza, de dolor, de bronca, de angustia, de imposibilidades, Yo voy a barrer tu corazón, esa es la obra que hace Jesús”.
Cuando Jesús viene a tu vida, cuando está viviendo en vos, él lo que hace es barrer tu corazón de todas esas cosas, pero Dios le dijo así: ustedes tienen el poder de soplar, y hacer que todo eso vuelva otra vez al corazón.
¿Y sabes qué le dijo el Señor? Yo las amo tanto que yo voy a volver a barrer.
Y muchas veces yo barrí, les dejé el corazón limpio, tenés tiempo de sanidad, tiempos de bendición, pero volvés a soplar y toda esa tierra vuelve a entrar. Y le dijo el Señor: “aprendan a no soplar, aprendan a dejar su corazón limpio, porque mientras yo estoy barriendo este corazón, el corazón de cada una de ustedes, ustedes están siendo sanadas en su interior” el pasaje dice: “Cuando un espíritu sale de una persona, va por lugares cálidos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice volveré a mi casa de donde salí. Cuando llega la encuentra barrida, y arreglada. Luego trae otros siete espíritus más malvados que él y entran allí a vivir, y su postrer estado es peor que el primero”.
Dios te dice que vos tenés la capacidad de vaciarte de todo esto, y de permitir que Él trabaje.
Sabes, Dios quiere trabajar en tu vida, él no te dice a vos que lo hagas, él te dice que te vacíes, lo único que te está pidiendo es que te vacíes, y ese vaciarse significa cerrar los temas que están abiertos en tu vida que todavía te siguen lastimando, que todavía te siguen dando vueltas.
¿Por qué no le haces preguntas importantes a tu vida? Preguntate ¿por qué cada dos días tenés depresión? ¿ por qué cada tres meses perdés el trabajo? y tenés que cambiar de trabajo, ¿por qué cada dos días tenés ganas de matarte? ¿por qué cada vez volvés a vivir las mismas experiencias que antes? ¿por qué cada vez que el Señor limpia, vos volvés a soplar? ¿por qué te cuesta tanto dejar lo que conocés? y cómo no sabes lo que va a venir?.
Pero Dios te dice:”Lo que yo vengo a traerte, es algo glorioso, yo necesito que te vacíes y hacer mi trabajo de sanidad en tu vida; y cuando lo hagas te voy a restaurar de tal manera que vas a tener agua limpia, que vas a poder dar de beber a miles que también están sufriendo.
Dejá que el Señor limpie tu corazón, dejá que el Señor barra, no vuelvas a soplar, lo que Dios hace lo hace permanente, para siempre, permití que el Señor obre en tu vida, cerrá los temas abiertos, y Dios va a hacer que tu vida sea de permanente emoción, y bienestar, amén!.
Yo quiero que pienses, qué cosas hay en tu vida y la cantidad de veces que Dios barrió tu corazón y volviste a soplar para adentro, la cantidad de veces que volviste a los mismos pasos que habías caminado siempre y que te había ido mal.
Esta es una palabra para muchas mujeres que están tomando una decisión, y en vez de ir a lo nuevo y de hacer cosas positivas, están volviendo a lo negativo, y Dios te dice: “No, no es con tus armas, es que me permitas a mí limpiarte de todo eso”. Vacíate, decí: Señor, no lo quiero más, yo no voy a volver a lo mismo, no quiero más, voy a estar vacía, va a ser un desierto, tal vez me duela demasiado, pero mientras tanto vos estás limpiando mi corazón.
El Señor lo va a hacer, él no tiene problema de buscar una escoba y limpiar tu vida.
Cuántas veces sentiste que la vida te golpeó, no te estoy hablando de que alguien te golpea; porque hay gente que no puede soportar ese tiempo de vacío, de vaciarse de lo negativo. Permitís que otros vengan de afuera y te golpeen, permitís que otros te insulten, te hagan la vida imposible; pero este dolor que viene del golpe interno, vos sentís cuando te estás vaciando de las cosas negativas, y vos decís: Quiero volver a eso, no puedo dejarlo y sentís un dolor, sentís un golpe adentro, pero, ¿por qué Dios, no me permitís hacer esto que yo quiero y a mí me gusta?, y Dios te dice: “Necesitas vaciarte, necesitas estar libre de eso para dejarme a mí trabajar, que yo pueda limpiar tu vida, para que puedas entrar a lo grande, quiero darte para que puedas experimentar la belleza de la vida. Porque hasta ahora experimentaste el dolor, porque hasta ahora supiste lo que era estar dos días bien pero después, dos días de angustia. Y Dios dice: yo quiero que vivas en permanente bienestar, pero necesitas vaciarte”.
A veces tenés que pasar por ese dolor de vaciarte, no es fácil! Las que saben que tienen que hacer algo con su cuerpo, viven el dolor, lo sufren; las que saben que tienen que hacer algo con su mente algo espiritualmente, que tienen que dejar personas que les hacen daño, saben lo que es el golpe, ese dolor. ¡Pero hay que hacerlo querida mujer! ¡hay que dejarle a Dios nuestro tanque libre para que él lo pueda llenar!. Él no te dice llenalo, él te dice dejalo libre yo me encargo de llenarlo con amor.
Él es el agua de vida querida mujer, él tiene que llenar tu vida con agua pura con experiencias nuevas, con experiencias espectaculares, con bendiciones tremendas. Él te puede llenar en la medida en que te hayas vaciado de esto; cerrá temas inconclusos, dejá de caminar en círculos concéntricos de ir hacia lo malo, siempre hacia el dolor, siempre me tiene que pasar algo malo, parece que vienen dos días bien y después viene el castigo, ¡No es así! dice Dios, te dolerá dejar lo negativo, pero ese es un dolor de crecimiento, no busques el castigo de afuera, soltá todo lo negativo de adentro, te corresponde a vos sacarlo de raíz, y luego al Señor trabajar.
Dejá de soplar, hay mujeres que han estado soplando en su vida lo negativo, hay mujeres que salieron de lo malo y volvieron a meterse en lo malo, hay mujeres que iban a la brujería, salieron de ahí, y al primer conflicto que tuvieron, volvieron a consultar a la bruja, hay mujeres que habían salido del maltrato y al primer problema económico, volvieron con ese hombre porque las podía mantener económicamente, hay mujeres que habían hecho cambios importantes en su cuerpo, y a la primera situación de estrés, volvieron a la situación de atrás, porque no saben todavía saborear lo bueno de Dios, la bendición, y Dios quiere que te acostumbres a lo bueno, que te acostumbres al amor, la fe, a la prosperidad, a los sueños, a su lenguaje, Dios no quiere que vivas mal.
Dios quiere darte bienestar permanente , por eso dice Dios: ¡Vaciate, cerrá lo negativo de tu vida y salgamos para adelante, porque algo glorioso viene a tu vida! .
Hay mujeres que están girando en círculo, y siempre te volvés a meter en lo negativo, siempre volvés a lo mismo, parecías que salías, pero diste dos pasos atrás, parecía que avanzabas, pero te volviste a lo viejo, volviste a lo que no te servía, a lo que no te bendecía, a lo que no te daba salud, y Dios dice: quiero que estés permanentemente bien, necesito que te vacíes, y a pesar del dolor de vaciarte, yo voy a trabajar en tu vida, y voy a limpiar lo que tenga que limpiar, y te voy a dar lo nuevo que no conociste, que todavía no descubriste, te quiero ver reír, mujer, disfrutar, te quiero ver alegre, dice el Señor, te quiero ver disfrutar, te quiero ver feliz,.
Algunas mujeres viven lo que se llama el efecto rebote, es cuando vos hiciste una dieta mal hecha, y engordaste dos veces más de lo que estabas cuando empezaste la dieta. Hay un efecto rebote espiritual, vos decís: Señor, límpiame, pero vos no te vacías, vos no te quedás en la nada para que Dios haga la obra, enseguida querés volver a llenar y viene el efecto rebote, estabas mal, pero después que pasaste eso y volviste, estás peor, peor que cuando empezaste.
¿A qué cosas volviste que te hacen daño, que te lastiman? Sacátelos de encima para que pueda venir lo nuevo de Dios.

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