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jueves, junio 5

Háblanos de la vanidad

Hay una línea muy delgada que separa la vanidad de la autoestima, pero buscaremos deslindarlas.
La vanidad es el orgullo basado en cosas vanas, es decir superficiales, frívolas, vacías. La autoestima es quererse a uno mismo y querer a los demás. Significa saber que eres valioso (a), digno (a), que vales la pena , que eres capaz, y afirmarlo. Implica respetarte a ti mismo y enseñar a los demás a hacerlo.
El vanidoso se caracteriza por poseer un patrón grandioso de vida que se expresa en fantasías o modos de conducta que lo incapacitan para ver al otro (AQUÍ ESTÁ LA DIFERENCIA ENTRE VANIDAD Y AUTOESTIMA). El mundo se guía y debe obedecer a sus propios puntos de vista, los cuales considera irrebatibles e infalibles. Muchas veces, se enamoran de las ideas de otros y las hacen propias sin la más mínima consideración moral ni ética. Exageran sus éxitos y se atribuyen mayores habilidades que los demás al conseguirlos, mientras que atribuyen los fracasos a circunstancias externas.

Resumiendo:
 El sujeto posee una idea grandiosa de su propia importancia.
 Le absorben fantasías de éxito ilimitado y de poder.
 Se considera especial y único, y sólo puede ser comprendido por otras personas especiales.
 Tiene una necesidad excesiva de ser admirado.
 Tiene un sentido de “categoría”, con irrazonables expectativas de un trato especialmente favorable.
 Explota a los demás y se aprovecha de ellos para conseguir sus fines.
 Carece de empatía.
 La envidia, por pasiva o activa, reside en su conciencia.
 Se manifiesta prepotente y arrogante.
Si te ha tocado un vanidoso cerca y no tienes más remedio que interactuar con él o ella, estas pistas pueden ayudarte:
1. Distánciate a nivel emocional. Ten en cuenta que su necesidad de sentirse superior puede llevarle a tratar de rebajarte y humillarte. Puede ser insensible contigo, arrogante y pedante. No dejes que te afecte lo que te diga.
2. Al narcisista le gusta ser el centro de atención y sentirse importante. Concédele ese privilegio de vez en cuando y escucha las historias que te cuente acerca de sus grandes logros o dile algo que lo elogie. Recuerda que en el fondo se cree una persona sin valor e indigna de ser amada por sí misma. Demuéstrale que esto no es cierto.

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