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lunes, noviembre 21

Qué hacer cuando vienen las injusticias por Bernardo Stamateas

Qué hacer cuando vienen las injusticiaspor Bernardo Stamateas
Vamos a orar por las injusticias que hemos vivido y vamos a decretar justicia divina.
Tenemos la historia de un hombre que tiene un viñedo, Nabot, y hay un rey perverso que le quiere comprar el viñedo. ¿Por qué quería un rey, dueño de todo, comprar el viñedo? porque hay gente mala que no soporta que tengas lo que tenés. Hay gente que va a recurrir a todas las maldades, imaginables e inimaginables, para quitarte tu viñedo. ¿Por qué este rey quería el viñedo de ese buen hombre? porque dice que ese viñedo, que producía uvas, que producía aceite, ese viñedo lo quería reducir a un huerto de hortalizas.
La gente mala quiere achicarte la visión, quiere tomar lo que tenés y reducirlo a lo mínimo que pueda, quiere tomar lo que tenés para destruirlo.
Dice que este viñedo estaba cerca del palacio ¿qué simboliza eso? que hay gente que no soporta que estés cerca del éxito. Cuando estás por lograr, o estás cerca de tu bendición, siempre gente mala se va a levantar contra vos, entonces vas a activar justicia divina. Se enojó tanto este rey que se fue a dormir, vino la esposa, una malvada terrible y le dijo: vamos a hacer lo siguiente, vamos a inventar una calumnia; que este buen hombre maldijo al rey y maldijo a Dios y vamos a buscar que lo maten. Y dice la triste historia, que se levantaron unos sinvergüenzas lo acusaron falsamente y terminó Nabot muerto.
Nabot no pudo activar la justicia divina. Y en esta noche nosotros la vamos a activar en el nombre del Señor.
Cuatro o cinco cosas que tenemos que hacer cuando pasamos cosas injustas en lugares injustos con gente injusta.
¿Cuántos hoy están pasando una situación de injusticia en lo económico, un juicio trabado, una calumnia, una mentira, una injusticia emocional, espiritual, social?

Lo primero que tenemos que hacer: mantendré mi mente meditando en mi victoria.

¿Qué tenemos que hacer cuando viene un momento de injusticia? meditar en la victoria. Todo lo que Dios me prometió va a llenar mi mente, "meditar" quiere decir, imaginar que todo lo que Dios me prometió, va a venir a mi mano.
Cuando María estaba embarazada de Jesús, no había lugar en el hotel, y nació en un establo, en un pesebre. ¿Por qué nació en un establo? para enseñarnos que no importa el lugar de injusticia donde te hayan puesto, tarde o temprano Dios te sacará de ese establo mugriento. Hoy la gente te pudo haber puesto en un lugar mugriento, apestoso, rodeado de animales, pero pronto Dios te va a sacar, porque toda situación de injusticia para los hijos de Dios, es momentánea.
Dice la Biblia, que Jesús del establo pasó a la casa, y de la casa terminó en el trono. La herencia para los hijos de Dios, no es el establo mugriento, no son las situaciones de injusticia, sino es el trono de la victoria en el nombre del Señor. Hoy tal vez las circunstancias te han puesto en un lugar estrecho, pero será por pocos días, porque Dios nos va a sacar de ahí. Tenemos que meditar nuestra victoria. Llená tu mente de la palabra de Dios, todo lo que Dios te prometió, prosperidad, llená tu mente e imaginá prosperidad. Cuando David caminaba se imaginaba, Jehová es mi pastor nada me faltará, sus salmos eran el producto de su imaginación. Porque hay personas que llenan su mente recordando la injusticia, pero los hijos de Dios, no llenamos la mente recordando lo que nos hicieron, sino recordando lo que Dios nos va a poner en las manos.

Voy a meditar las promesas de Dios.

Cuando Jesús resucitó se les apareció a los discípulos, y dice que les sopló el Espíritu Santo, después que les sopló Jesús resucitado, los discípulos no echaron demonios, no sanaron enfermos, no resucitaron muertos, nada, pero cincuenta días después, dice que vino un viento del cielo, y el Espíritu Santo los bautizó, y después de ese viento que llenó la casa, echaron demonios, sanaron enfermos, resucitaron muertos. Enseñanza: cuando Dios sopló, les dio un anticipo de lo que vendría cincuenta días después. Hoy tal vez estás acá y tenés un poquito de fe, ese poquito de fe, es el soplo, el anticipo de que dentro de no muchos días, Dios te va a bautizar con un viento maravilloso, y todo lo que no hacías antes lo vas a terminar, aunque hoy sea pequeña tu situación, mañana vendrá el viento completo de Dios sobre nuestras vidas.
Había un hombre que tenía la mano seca y Jesús le dijo: extiende la mano y la mano se sanó.Enseñanza: las injusticias, la religión, te secan la mano, pero cuando viene el Señor te la sana, para que todo vuelva a estar al alcance de la mano, todo lo que la justicia te quitó, volverá a estar al alcance de la mano. Por eso sabemos los hijos de Dios, hoy será establo, hoy estaré en medio de los animales, pero mañana estaré en el trono, llená tu mente de las promesas de Dios. Dejá de recordar lo que te hicieron, lo que te pasó, y empezá a imaginar estoy bendecido, estoy sano, estoy caminando en victoria, mis hijos no están en la droga, tengo una pareja maravillosa, mi familia está bendecida, mis relaciones se han restaurado, cuando viene una injusticia, no hay que usar la mente para recordar lo malo, sino para imaginar todas las promesas de Dios.
Segunda cosa que tenemos que hacer: Reclamar la cosecha.
¿Qué hay que hacer en las injusticias? reclamar la cosecha.
Cuando Abel ofrendó, y Caín ofrendó, dice la Biblia que Dios miró con agrado a "Abel y a su ofrenda ", no dice que Dios miró con agrado solo la ofrenda, sino miro con agrado a Abel y a su ofrenda, porque tu semilla es lo mismo que vos para Dios, vos y tu semilla, son lo mismo para Dios, por eso vos, nunca tenés que maldecir tu semilla, tu semilla es todo lo que tenés que sembrar, nunca digas, yo al final para qué te quise, para qué me maté por vos, porque ahí estás maldiciendo tu semilla. O decir, al final, para qué me casé con vos, para qué tanto esfuerzo, no maldigas tu semilla, porque para Dios vos y tu semilla son lo mismo.
En una oportunidad, los filipenses le mandan una ofrenda a Pablo, y él dice, gracias, les voy a enseñar algo, esta semilla que ustedes me han ofrendado, se les ha activado a ustedes en su cuenta celestial, o sea que tu semilla cuando vos das un abrazo, una caricia, un regalo, escuchás a alguien, todo lo que vos sembrás, sos vos, y todo lo que vos das, activa una cuenta celestial. Ahora, cuando vos vas al banco, si tenés una cuenta, sabés cuanta plata tenés, esa es tu cuenta natural, vas a comprar algo y vas a ver cuanto tenés en tu cuenta natural, porque si tenés quinientos pesos sabes cuánto podes retirar del banco. Pablo les va a enseñar algo extraordinario que me bendijo, Pablo les va a enseñar, cuando ustedes siembran una caricia, un abrazo, un beso, una palabra, una oración, una semilla, lo que fuese, ustedes están depositando en la cuenta celestial, están juntando en la cuenta celestial, y ustedes tienen que saber cuánto hay en su cuenta celestial.
Todo lo que vos das, se te acumula en tu cuenta espiritual, y vos tenés que saber todo lo que diste, cada ofrenda que vos das, vos la tenés que anotar, porque el salmo 20 dice " haga memoria el Señor de todas mis ofrendas" vos tenés que saber cada vez que ayudás a alguien, que abrazás a alguien, eso es una ofrenda que vos estás dando, y vos tenés que saber cuánto es, para que reclames la cosecha de tu semilla, porque hay personas que dan y dan y dan, pero no mantienen la cuenta de todo lo que dan, porque la religión dijo: vos da desinteresadamente y no esperes nada, y Pablo dice: no, ustedes ahora que me han dado, tienen en su haber, en su cuenta espiritual, lleven el registro.

¿Qué hay que hacer en las injusticias?

Reclamar todo lo que sembraste, yo sembré palabra, yo sembré amor, yo sembré fe, yo quiero la cosecha de lo que sembré, el diablo no se va a llevar la cosecha de ninguna de las semillas que hemos sembrado en el nombre del Señor.
Todo lo que hiciste por alguien, regístralo, y cuando vengan injusticias, decí: diablo estas son las semillas que sembré, la cosecha me pertenece a mí. Si tu hijo está en la droga, vos tenés que pararte y decirle al diablo, yo sembré amor, yo sembré la palabra, yo sembré oración, yo quiero mi cosecha, porque mi semilla soy yo, y mi cosecha soy yo, y yo hago memoria de todas mis ofrendas, quiero mi cosecha en el nombre de Jesús.
¿Habrá alguien que va a reclamar todo lo que ha sembrado en alguien?

Seguí sembrando
. Un día Jesús sana a un paralítico de cuarenta años, lisiado, lo levanta, y en vez de darle las gracias, va y lo comenta: ahí está Jesús, para que lo maten, y cuando se acercaron a Jesús le dijeron: qué ingrato ese que sanaste, Jesús dijo, mi padre trabaja, yo trabajo, quiere decir, yo voy a seguir sembrando, y yo voy a seguir juntando en mi cuenta.
El Señor me dijo: Bernardo, todos los barrios que has caminado, todo lo que hemos hecho en Presencia de Dios, lo vamos a reclamar al enemigo, la cosecha de cada oración, de cada palabra, de todo lo que hemos hecho, la vamos a reclamar, porque nos pertenece por derecho espiritual.
Todo lo que hicimos se lo tenemos que pedir al Padre, por eso Jesús dice: Padre nuestro que estás en los cielos...el pan nuestro dámelo. A mí me enseñaron que antes de orar, lo primero que uno tenía que hacer, era confesar los pecados, pero el Padrenuestro no dice, Padre nuestro perdona mis pecados, y después dame el pan, dice primero dame el pan y después te pido perdón, porque primero se lo conoce a Dios como Padre, y después como juez. Dios no quiere que lo conozcas como juez, Dios quiere que lo conozcas como padre bueno, tenés que reclamarle el pan, Dios te lo va a dar. En el nombre del Señor todo lo que hemos sembrado lo vamos a cosechar.
Voy a meditar en mi victoria, imaginar cosas lindas y buenas.
¿Cuántos ya se imaginan con el coche, con la casa, la familia bendecida, cuántos se ven sanos, en victoria?
¿Cuántos se ven con el mejor ungido millonario lleno del Espíritu Santo y que éste te trata bien? ¿Cuántos nos vemos en la cima?
¿Cuántos se ven dueños de la empresa?
¿Cuántos se ven ganando ciudades enteras para el Señor?
Meditamos en su palabra.
Segunda cosa: reclamo mi cosecha. Todo lo que sembré en esta noche lo reclamo
Tercera cosa mantener la integridad en todo momento.
Cuando vienen injusticias mantené la integridad. Hay dos tipos de sufrimiento en la Biblia; el que sufre por hacer lo bueno y los que sufren por hacer lo malo.
Hay gente que sufre por hacer lo malo, ese es un sufrimiento tonto que no sirve para nada. Cosechamos nuestra mentira, nuestro error, nuestro engaño, nuestro adulterio, la coima, eso es sufrir por hacer lo malo, pero hay un sufrimiento que es por hacer lo bueno. Si vos te mantuviste en integridad y estás sufriendo, tu herencia es "el doble" de toda la cosecha. Si estás sufriendo y te has mantenido en integridad, tenés que reclamar el doble.
Salomón le pidió al Señor sabiduría e integridad, de esa no habla más nadie, todos hablamos de sabiduría, la integridad dásela a otro.

A Jonás se le levantó una tormenta por hacer lo malo, a Jesús se le levantó una tormenta por hacer lo bueno. Cuando a Jonás se le levantó una tormenta echaron a Jonás, eso significa que toda nuestra inmadurez tenemos que echarla al mar, para que la tormenta se calme, y si estamos sufriendo por hacer lo bueno, tenemos que despertar al Cristo que está dentro nuestro, y va a calmar todas las crisis en el nombre del Señor. Si hoy hay alguien que está sufriendo por hacer lo bueno, yo te digo bienvenido, tu cosecha va a ser el doble de todo, de todo, de todo, y el diablo pagará por siete, todo lo que te ha quitado en el nombre del Señor.

Integridad es mantener el control
. Dios lo llama a Moisés, pero Moisés ve a un egipcio maltratar a un hebreo, saca la espada y lo mata, porque Moisés era de enojarse fácil y Dios dice, si éste ve una pelea y lo mata, si yo lo llamo al liderazgo, mata a los seiscientos mil judíos, entonces lo lleva a la montaña, lo tiene cuarenta años congelándolo en el freezer, lo tiene con las ovejas. Después que lo tiene cuarenta años, Dios dice, ya está tranquilo, ya está bajo control, lo voy a probar un poco, y le dice: Moisés andá a decirle a faraón que deje a mi pueblo salir. Faraón, dice el Señor dejá a mi pueblo salir. No, dice faraón. Va Moisés y le dice, no lo deja Señor, andá de vuelta, Moisés va de vuelta, dos, déja mi pueblo marchar. No. Señor, no lo deja, Dios le dice andá otra vez, son diez veces. Diez veces te va a mandar el Señor, si sos fácil de enojarte delante del faraón. La número diez dice que Moisés estaba muy enojado y Dios le dice andá a soltarle el ángel de la muerte, y lo deja salir faraón, y cuando salen Dios dice, ya está, Moisés está controlado. Moisés, vení a la montaña así charlamos, Moisés va a la montaña, el pueblo queda abajo, a mitad de camino y ve que Moisés no baja, ya sé, juntemos el oro y vamos a hacer una vaca, y vamos a adorarla que nos salvó de Egipto, y adoran a la vaca. Para esto Dios le da a Moisés los diez mandamientos. Moisés está contento. Cuando baja y ve a la gente y Moisés agarró la tabla y un mazo y le dio a la vaca, la gente asombrada ¿quién hizo la vaca? , dice que agarró la vaca la mezcló con agua y se la dio de tomar, y les dijo voy a la montaña y ya vuelvo, se va a la montaña y le dice: Señor a este pueblo no lo aguanto más, dame de vuelta las leyes y Dios le dijo: ¡ah sí! ahora las vas a escribir vos, ya te las di yo y las rompiste. Le da de vuelta los mandamientos, empiezan a avanzar y cuando están por llegar a la tierra prometida, Dios le dice, Moisés háblale a la piedra para que salga agua, y la gente le dice queremos agua, agua, agua, y Moisés agarró un palo y dijo: ¿quieren agua? o querés que te ore, y Dios le dijo a Moisés muy enojado, no vas a entrar a la tierra. Te vas a perder los mejores sueños de Dios por enojarte demasiado. Integridad es mantener el control.

¿Cómo hago yo para mantener el control y la integridad? plan A, es el Antiguo Testamento Dios le da un montón de leyes y mandamientos, si ustedes cumplen todas las leyes, yo los voy a bendecir. Tenían las leyes, si vos tenés las leyes, te transformas en un legalista, gente que tiene leyes, por ejemplo, no tengo que fumar, tengo que portarme bien...pero cumplían cinco leyes, pero las otras cinco no las cumplían, y de pronto cumplían: "no matarás" "no cometerás adulterio" pero de pronto odiaban a alguien, y eso no lo cumplían, y Dios les dijo no, o me cumplen todas las leyes o no sirve, o todo o nada. Entonces el pueblo de Dios trataba de cumplir las leyes, como muchos cristianos, que creen que venir a la iglesia es cumplir leyes, ahora no hago esto y hago esto, pero tengo una mala noticia, nunca, nadie, jamás, pudo cumplir las leyes de Dios, el plan A fracasó. Entonces Dios mandó el plan B, que es Jesús, y murió y dijo: como no pueden cumplir las leyes, voy a hacer algo mejor, me voy a meter dentro de ustedes, voy a vivir dentro de ustedes, y yo con mis fuerzas los voy a usar para que vivan una vida sobrenatural. Ya no van a tener más que esforzarse, en portarse bien, sino en darme permiso, si yo te lleno, yo haré lo que nadie, y lo que no podías hacer, lo vas a hacer con las fuerzas del Espíritu Santo, eso se llama "gracia de Dios".
No se trata que, esto no, esto si, porque nadie lo puede cumplir, se trata de: Señor yo no puedo, pero vos que vivís en mi, me vas a dar las fuerzas naturales, para dejar de fumar, para dejar de drogarme, ya no vivo yo, ahora Cristo vive en mí, y yo te doy permiso para que llenes mi vida, y me ayudes a lograr lo que yo solo nunca jamás podría lograr, y el Espíritu Santo te va a decir, eso es lo que yo quiero, escucha, esa es la vida espiritual, vivir en Cristo.
Cuarta cosa: me voy a juntar con matadores de gigantes.
Estaba David, y se le unieron en una cueva como cuatrocientos endeudados, afligidos y amargados, todos los reventados se le pegaban a David, y estaba dentro de una cueva y decían: no tenemos plata, no tenemos nada, pero dice que esos cuatrocientos, Dios los cambió en los valientes de David, y los cuatrocientos mataron gigantes.
¿Cuántos queremos matar gigantes? buscate un líder matador de gigantes, juntate con gente matadora de gigantes, y la unción que está en el otro, va a venir sobre tu vida. Toda la gente que entra por las puertas de este ministerio, siempre va a ser bendecida, porque en este ministeriosomos matadores de gigantes, y si vos querés transformarte de un deudor amargado, en matador de gigantes, te tiene que liderar un matador de gigantes, y este ministerio va a traer un mover de Dios extraordinario, como nunca jamás se vio en la historia.
Quinta cosa: mantengo la calma en él.
¿Qué hay que hacer frente a las injusticias? mantener la calma. Dice la Biblia, todas tus necesidades sean conocidas delante de Dios, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento va a llenar tu corazón. Cuando viene una situación de injusticia, no hay que actuar como Moisés, como loco, hay que priorizar y encontrarse con el Señor, unirse con él y mantener la calma, y cuando uno conecta con el Señor, el Señor te bautiza con su paz, y cuando uno le da permiso para que llene la vida, él va a hacer en nosotros todo lo que nosotros no podíamos hacer.
Hay personas que pueden venir toda la vida a la iglesia y nunca conectar con el Señor, pero cuando uno conecta con el Señor, uno entra en la paz del Señor.
Cuatrocientos treinta años de injusticia sufrió el pueblo de Israel, fueron violados, sus mujeres eran violadas, la gente trabajaba por nada, eran esclavos, lo único que hacían eran ladrillos, y un día fue Moisés y le dijo a faraón, dice Dios que dejes a mi pueblo salir tres días de camino, para que celebren el nombre del Señor, y estuve pensando ese pasaje ¿por qué Moisés, le dijo a faraón, que deje al pueblo de Israel salir tres días de camino para celebrar? si esa gente había vivido cuatrocientos treinta años de injusticia, porque cuando vos celebrás, vos matás el espíritu de tristeza que está dentro tuyo, y Dios le dijo, yo no le puedo dar grandes promesas a este pueblo, que está triste por tantas injusticias, tengo que sacarlos de ahí, tomar tres días de camino, tomar distancia de la injusticia. Tenés que tomar distancia de tus injusticias y empezar a celebrar a Dios, aunque no tengas ganas.

Leo me dijo, ¿sabés por qué le dijo que celebre en el desierto?, porque es en el desierto donde salen las mejores canciones, es en tu peor momento que salen las mejores adoraciones, y es en lo peor, donde Dios hace nacer lo mejor. Le dice Dios, decile a faraón que a mi pueblo lo deje salir para que aprendan a celebrar, porque celebración es matar el espíritu de tristeza, celebración es distanciarse de la injusticia, y celebración es conectarse de vuelta con el Creador.
Quiero que nos preparemos, porque vamos a celebrar en medio del dolor, vamos a celebrar en medio de la injusticia, sabés por que Dios le dijo deja mi pueblo que salgan a ofrecerme celebración, porque un esclavo no da, un esclavo pide, y Dios dijo, yo no te quiero con mente de pedigüeño, yo te quiero dador, y en vos hay algo que podés dar, que es tu alabanza y tu canción. Y si vos empezás a dar, entonces yo te voy a empezar a dar, y si vos empezás a cantar, el espíritu de injusticia se va a morir, y si vos empezás a celebrar, yo voy a transformar todo tu ambiente, y voy a venir con justicia divina. En los próximos meses, antes de terminar el año, vas a cobrar los juicios trabados, vas a ver justicia emocional, justicia espiritual, y justicia económica, porque a los hijos de Dios, cuando nos tocan la semilla, nos tocan a nosotros, y la Biblia dice, hacé memoria de todo lo que diste, porque lo vas a cosechar duplicado por mí, y septuplicado por el enemigo, porque va a tener que devolver y morderse la lengua, en el nombre del Señor.
En esta noche iglesia viene lo mejor, lo que vamos a hacer, es que vamos a celebrar con la canción, y la actitud más espectacular que tengamos, y vamos a cantar en medio del desierto, y vamos a declarar que este día los cielos se van a abrir, y el poder de Dios va a caer, y que lo que antes fue un soplo, ahora será el viento del avivamiento, y lo que antes fue un establo, ahora será un trono.
Celebrá, yo sé que cuesta, yo sé que no tenés ganas, pero sumate a celebrar, metete en el río. Es una noche de sentencia profética, vamos a activar en el mundo espiritual nuestros derechos, aquí hay gente que ha perdido seres queridos, ha perdido casas, ha perdido cosas de manera injusta, y hoy vamos a batallar con nuestra vida.

Quiero que pienses cuál es la lucha interior que estás viviendo, cuál es el vicio, cuál es el raye que no has podido vencer, y en esta noche dejes de luchar contra eso, y le digas: Señor yo no puedo vencerlo, pero esta noche, yo doy autorización a que tu Espíritu Santo en el poder de la gracia y del plan B, cambie mi vida, saques mi locura, saques mi depresión, saques la droga, saques mi suicidio, saques mi bronca, saques mi soledad, saques mi cáncer, saques mis infartos, saques mis inhibiciones, yo no puedo, pero en esta noche yo autorizo a que tu Espíritu de Vida me cambie, me llenes, me unjas, lo declaro en el poder de la sangre, amén, amén, y amén.
Vamos a decretar sentencia divina contra todos los usurpadores, contra todos los que han violado a alguien en tu casa, los que te han saqueado, yo, en el nombre de Jesús de Nazaret me levanto como Elías, y declaro que el espíritu de Acab y de Jezabel, que ha querido tocar al pueblo de Dios, queda atado en esta noche, declaro que cosecharás todo lo que has sembrado, cancelo toda cosecha mala sobre nosotros, y declaramos en el poder de la sangre, que de aquí a fin de año, justicia divina será para nosotros. Yo declaro que donde había dolor, habrá gozo, donde había pobreza, habrá abundancia, donde había soledad, habrá multitud, y yo declaro, que la cosecha de todo lo que hemos hecho hasta hoy, la reclamamos en el poder del acuerdo, en el nombre de Jesús, por su llaga y por su cruz. Declaramos en el nombre de Jesús, sobre todo hombre malo, y sobre todo acto perverso, que caerás en tu propio pozo, mas sobre nosotros los hijos de Dios, amanecerá la justicia, tu luz brillará, y nuestras puertas estarán abiertas de día y de noche, y a nosotros vendrá toda la bendición, lo declaramos en el nombre de Jesucristo, amén, amén y amén.
1 Reyes 21:1-7 "Un tiempo después sucedió lo siguiente: Nabot el jezrelita tenía un viñedo en Jezrel, el cual colindaba con el palacio de Acab, rey de Samaria. Este le dijo a Nabot: Dame tu viñedo para hacerme una huerta de hortalizas, ya que está tan cerca de mi palacio. A cambio de él te daré un viñedo mejor o, si lo prefieres, te pagaré lo que valga. Pero Nabot le respondió: El Señor prohíbe que yo lo venda a Su Majestad lo que heredé de mis antepasados. Acab se fue a su casa deprimido y malhumorado porque Nabot el jezrelita le había dicho: No puedo cederle a su majestad lo que heredé de mis antepasados. De modo que se acostó de cara a la pared, y no quiso comer. Su esposa Jezabel entró y le pregunto: ¿Por qué estás tan deprimido que ni comer quieres? Porque le dije a Nabot el jezrelita que me vendiera su viñedo o que, si lo prefería, se lo cambiaría por otro; pero él se negó. Ante esto, Jezabel su esposa le dijo: ¿Y no eres tú quien manda en Israel? ¡Anda, levántate y come, que te hará bien! Yo te conseguiré el viñedo del tal Nabot."
Vs.13 "Llegaron los dos sinvergüenzas, se sentaron frente a él y lo acusaron ante al pueblo, diciendo: ¡Nabot ha maldecido a Dios y al rey! Como resultado, la gente lo llevó fuera de la ciudad y lo mató a pedradas".

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